Las gamas existen para responder las necesidades de los consumidores, ya que una persona que solo lo necesite para escribir, no va a necesitar la misma potencia que un diseñador 3D. Así que, pensad para qué lo vais a usar. 

Ejemplos de usos:

· Ordenador Básico: Sobra con Intel Core i3 o Ryzen 3, 8 GB de memoria RAM (aunque recomendamos 16), fuente de 500W y usar gráficos integrados (en el caso de AMD, optad por la serie “G”).

· Ordenador Uso Intensivo: Partir de Intel Core i5 o Ryzen 5 nos va augurar un futuro con menos obsolescencia, así como tener 16 GB de memoria RAM y, dependiendo de las necesidades, meter GPU dedicada o no (la fuente variará según la GPU que escojáis).

· Ordenador Profesional: Casi obligatorio contar con 8 núcleos para aplicaciones pesada, multitarea exigente y 16 GB como mínimo, recomendando más los 32 GB. Si os dedicáis al modelaje 3D, necesitaréis una buena GPU (echad un vistazo a las RTX Quadro, RTX 6000, A2000, etc.).

· Ordenador Gaming: Aquí podemos variar entre i5/Ryzen 5, Ryzen 7/i7 o Ryzen 9/i9, pero en AMD os recomendamos Ryzen 7 como máximo para jugar. En el caso de Intel, sus Core i9 son los que más FPS rascan, pero cualquier “K” dará la talla.

Placa base

Todo comienza por la placa base, y tu elección debe considerar 2 aspectos clave:

· Socket.

· Chipset.

El socket o zócalo es la ranura en la que se instala la CPU y la elección de la placa base va a marcar la compatibilidad con la CPU y sus generaciones. Por este motivo, siempre recomendamos elegir el socket más nuevo posible.

En el caso del chipset, se trata de un chip soldado a la placa base que se encarga de las comunicaciones entre los componentes, principalmente. Veréis que en un socket hay varios chipsets, y nunca hay que confundirlos porque no tiene nada que ver.

La elección del chipset puede suponer quedarnos sin overclock o disfrutar de él, como de otras características adicionales (retrocompatibilidad con procesadores de generaciones anteriores, por ejemplo).

Procesador o CPU

¿Cuál me interesa? Depende de tus necesidades. Grosso modo, podemos resumirlo así:

· Pocas necesidades de potencia: Intel Core i3, Ryzen 3, Pentium o Athlon.

· Uso genérico, con soltura y videojuegos o uso de herramientas profesionales: Intel Core i5 o Ryzen 5.

· Necesidad de potencia alta de procesamiento: a partir de Ryzen 7 o Intel Core i7.

· Multitarea muy potente: Ryzen 9 o Intel Core i9.

· Workstation, servers o uso empresarial: AMD Threadripper o Intel Xeon.

Es esencial saber qué es lo que buscáis, más aún cuando Intel ha puesto todo patas arriba con la llegada de los núcleos híbridos, encontrando procesadores con más núcleos que nunca.

A pesar de que AMD se mantiene en el diseño chiplet, cabe recordar que “el truco” de Intel está en que hay más núcleos porque no todos dan la misma potencia, sino que hay núcleos eficientes y otros potentes.

En AMD, todos los núcleos son igual de potentes o están igual capacitados. Entonces, ¿por qué Intel ofrece más? Probablemente, porque no puede competir con AMD a nivel de eficiencia, ya que sus procesadores están fabricados con un nodo de 10 nm, mientras que los AMD Ryzen 7000 vienen con 5 nm.

Conforme se avanza de nodo (avanzar sería reducir los nanómetros), se consigue más potencia y un consumo mucho más bajo. De ahí que AMD mantenga sus 6, 8 y 12-16 núcleos, mientras que Intel ofrezca mucho más.

Debéis entender que no todas las aplicaciones usan todos los núcleos, o los usan de la misma manera. En gaming, cobra una gran importancia el mono-hilo, y en esto Intel es especialista. Sin embargo, AMD ha mejorado muchísimo en mono-hilo, casi equiparándose a Intel, por no hablar de que su tecnología 3D V-Cache ha demostrado que es importante para gaming (más FPS).

Tarjeta gráfica o GPU

Adelantaros que los gráficos integrados de muchos procesadores han sido mejorados hasta tal punto que no es necesario comprar una tarjeta gráfica dedicada. Este es el caso de los últimos Intel Core de 12ª generación y los AMD Ryzen 7000, que son los primeros Ryzen que no son APU y vienen con gráficos integrados.

Si vuestras necesidades son mayores (gaming o mundo profesional), os recomendamos ver benchmarks en YouTube sobre comparativas de tarjetas gráficas y FPS.

Memoria RAM

Relacionada con la elección de la placa base, la memoria RAM es uno de los puntos clave de saber cómo elegir tu ordenador de sobremesa ideal. Conforme ha pasado el tiempo, los 16 GB se han impuesto incluso para un uso genérico, y si no que se lo pregunten al Google Chrome.

Los 8 GB no son para nada una mala opción, pero sí que debéis tener en cuenta que no podréis tener muchos programas abiertos, aún en segundo plano.

¿Qué aconsejamos? Optar por 16 GB y por una frecuencia de 3200 MHz en propósito general, pero si trabajas con herramientas pesadas (Illustrator, After Effects, Autodesk o 3dsmax entre otros), recomendamos partir de 32 GB.

¿No es mejor DDR5? Claro que es mejor, pero si Intel ha apostado por un enfoque mixto en su plataforma LGA1700 entre DDR4 y DDR5, es porque este tipo de memoria RAM no está para nada acabada.

Disco Duro o SSD

Tener un SSD M.2 que ofrezca 4000 MB/s de lectura no va a hacer que las pantallas de carga de un videojuego sean más breves que en un SSD que funcione a 400-500 MB/s.

Los HDD son discos duros mecánicos que son mucho más lentos, existiendo unidades de 5” y de 3.5”.

Sistema de ventilación

Toca hablar de refrigeración, un tema que no aborda mucha gente y que es esencial para poder exprimir nuestros componentes al 100%. Hacemos referencia a los ventiladores auxiliares y a los disipadores o kits de refrigeración líquida.

¿Diferencias de refrigeración entre disipador y AIO? Depende del disipador y del kit, ya que hay disipadores que hacen una labor tremenda. Sí es cierto que, en las gamas altas, es más recomendable el kit AIO porque ofrecen un rendimiento térmico TOP.

Fuente de alimentación

La luz está cara, y lo sabemos, por lo que hay que poner más atención en qué fuente de alimentación compramos. 

La eficiencia energética es esencial porque para que la fuente saque, por ejemplo, 750W del enchufe, tiene que consumir más de esos 750W. Dependiendo de la eficiencia, consumirá más o menos electricidad para entregar esos 750W a los componentes.

Sistema operativo

Esencial contar desde ya con un equipo con Windows 11, o que venga con Windows 10 actualizable a Windows 11. Muchos portátiles y PCs premontados vienen con la segunda opción, así que aseguraros antes de comprar ninguno de que podéis hacer un update sencillo.

Si el equipo no lo especifica, no pasa nada: con que la CPU sea posterior a 2015 y tenga TPM 2.0 (las placas base desde 2015 lo incorporan) podréis actualizarlo por vosotros mismos.

En PCWebShop te hemos acercado esta semana a los ordenadores de sobremesa y al uso que le vamos a dar

PCWebShop – Especialistas en tecnología e informática en general