Hace muchos años ya que el walkman, el discman y los reproductores MP3/MP4 pasaron a mejor vida, y el móvil se convirtió en el dispositivo perfecto para escuchar nuestras canciones preferidas en cualquier momento y lugar. Y la popularidad de servicios de música en streaming como Spotify, Deezer o Tidal es la mejor prueba de ello.

Aunque con los smartphones podemos escuchar música en cualquier lugar, muchos son los románticos que todavía utilizan reproductores MP3.

Si eres un romántico y todavía eres de esos que niegan a escuchar música en Spotify o Apple Music, seguro que sigues utilizando tu viejo reproductor MP3. Pero siendo sinceros, creo que es hora de que lo cambies por un nuevo reproductor MP3. Sí, siguen en el mercado, y hay modelos interesantes por muy buen precio.

En el mercado hay MP3 con un buen precio, buena calidad de audio, amplios almacenamientos para guardar tus canciones favoritas y diseños muy variados. También es importante su autonomía, para que puedas escuchar música durante horas sin depender del cargador.

Poco a poco se han ido abriendo paso en el mercado plataformas como Spotify, Apple Music y más recientemente YouTube Music, entre otras, que tienen ya catálogos inmensos en los que hay prácticamente de todo, aunque vía suscripción, claro está.

A pesar de las facilidades que existen, hoy día sigue habiendo un grupo de irreductibles que prefieren los reproductores MP3 de toda la vida, físicos y con música transferida desde un ordenador, aunque evidentemente la variedad ha caído en picado en los últimos años.

Antes de que se fabricara el primer reproductor MP3 tuvo que inventarse el formato MP3

En julio de 1995, el joven doctorando alemán Juergen Zeller envió a sus compañeros del Instituto Fraunhofer de Circuitos Integrados un correo electrónico que decía: “Éste es el abrumador resultado de nuestra encuesta: todos han votado por .mp3 como la extensión del ISO MPEG Audio Layer 3...” Aquel grupo de ingenieros acababa de bautizar al formato que cambiaría el mundo del consumo musical.

El MP3 era una nuevo método de comprimir y descomprimir el sonido digital. Cada minuto de una canción en formato audio CD ocupaba 10 megabytes. El nuevo sistema de codificación lo reducía a 1 MB. Para conseguirlo, el codec MP3 reduce el archivo original, eliminando partes que el oído humano medio no percibe. El sonido (y la música) ocupa una serie de frecuencias; las más bajas y las más altas escapan a la percepción humana.

Este hecho físico permitió a los investigadores del Instituto Fraunhofer crear un algoritmo matemático para comprimir el sonido, de modo que ocupara la décima parte de su tamaño original, minimizando la pérdida de calidad.

En realidad, el formato desarrollado por los ingenieros alemanes aprovechó la investigación de otros muchos técnicos y empresas que, como Thomson, AT&T o Philips, aportaron avances previos.

Aunque los grandes nombres de las industrias musical y tecnológica fueron escépticos con el formato MP3, pronto vieron su error. Ya en 1994 había aparecido un aparato que codificaba y descodificaba usando este formato. Y los usuarios ven pronto en él una forma sencilla de reducir el tamaño de sus canciones para compartirlas por Internet. En 1997 hacía su aparición el Winamp, un programa que reproducía música MP3. La contratación de conexiones de banda ancha se dispara. Al fin, en 1998, a una empresa coreana se le ocurre fabricar el MP Man, el primer reproductor portátil MP3. 

En PCWebShop te hemos acercado esta semana al mundo de los reproductores MP3

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